Atrás quedó la moda de contar con juegos dentro de las empresas. Fuera metegoles, mesas de pool, o consolas de juego. La nueva generación, también llamada Generación Y, va en búsqueda de otra experiencia. La cuenta es sencilla: todo gerente o dueño de empresa sueña con que sus empleados alcancen su máximo nivel de productividad al momento de realizar su trabajo. El empleado, por su parte, busca trabajar en un ambiente agradable para cumplir con sus objetivos profesionales. En este marco, surge la nueva tendencia, lo que hoy se conoce como “oficinas flexibles”, espacios laborales donde confluyen los deseos de unos y otros.
¿En qué consiste un ambiente flexible? Las oficinas constan de espacios de trabajo abiertos y, a su vez, colaborativos, lo que genera nuevas formas de relacionarse. Este tipo de estructura – no estructura – le da a cada empleado la posibilidad de elegir su área de trabajo en función de lo que le resulte más cómodo a la hora de llevar a cabo sus tareas. Esto potencia sus habilidades y promueve mejores resultados. Por su parte, las tecnologías móviles se convierten en el mejor aliado de este tipo de oficinas. Cada empleado podrá seguir “conectado” en cualquier espacio en el que se sienta a gusto, pudiendo “llevar su trabajo a cualquier parte”.
Esta nueva modalidad implica el fin de las oficinas cerradas lo que se traduce en espacios donde conviven tanto directores y jefes como empleados, ambientes donde pueden escucharse y, a su vez, donde pueden compartir sin molestarse unos a otros. En este tipo de escenarios el jefe se vuelve alguien con quien se puede hablar, alguien a quien no es necesario “tocarle la puerta”, alguien a quien se lo respeta por su conocimiento y su grado de involucramiento en el día a día de sus empleados. Esto significa que la nueva tendencia no se limita a un simple cambio en la movilidad, sino que también pretende generar un clima organizacional donde los trabajadores puedan interactuar.
Esta tendencia fomenta la integración de la vida laboral y personal de la generación Y, dando un lugar preponderante a lo que los empleados de hoy priorizan: espacios abiertos, cómodos, bien iluminados, con tecnologías móviles y con un área de RRHH que se muestre flexible y dispuesto a considerar las nuevas necesidades. A pesar de que es, sin duda, un desafío porque conlleva un cambio en la cultura organizacional de las empresas, los profesionales coinciden en que convertir a las oficinas en espacios libres y dinámicos, contribuye a encauzar los objetivos y cumplirlos con mayor eficiencia.